NIEVA DE CAMEROS Y MONTEMEDIANO
NIEVA DE CAMEROS Y MONTEMEDIANO
MONTEMEDIANO
LA ESCUELA
IGLESIA DE SAN MARTÍN
NIEVA DE CAMEROS Y MONTEMEDIANO
Nieva de Cameros es un municipio enclavado en el corazón de la Sierra de Cameros. Esta sierra, situada al sur de la Comunidad Autónoma de La Rioja, se extiende a lo largo de los valles altos de los ríos Leza e Iregua hasta limitar con Soria. Cobija esta sierra dos Cameros históricos: el Camero Viejo, a lo largo del Leza, y el Camero Nuevo, en el valle del Iregua.
Nieva de Cameros es uno de los trece municipios que integran la Comarca del Camero Nuevo y su histórica Hermandad de las Trece Villas, de origen medieval y pastoril. Está constituido por dos núcleos de población: Nieva de Cameros, donde se sitúa el Ayuntamiento, y la aldea de Montemediano, situada a tres kilómetros de distancia. La población del municipio es de 81 habitantes (INE, 2020). Su extensa jurisdicción (4205 ha) asciende desde la margen izquierda del río Iregua hasta las cumbres del Serradero (1454 m) y Cabeza Maribuena (1667 m), situados al oeste de su cauce. La mayor parte de este extenso término lo constituyen las vertientes de los arroyos de Castejón y la Argenzana, que en su tramos final se unen en el río Nieva, que desagua en el Iregua.
DATOS DE INTERÉS
Sus dos núcleos de población se ubican en dos zonas de características bien diferentes: Nieva está situado en una pronunciada ladera orientada al sur/sureste, al abrigo de un prominente macizo rocoso, coronado por los restos de una fortaleza medieval; Montemediano, al contrario, se sitúa en la zona más llana del término municipal, también orientado al sur y rodeado de extensos campos y prados con suaves pendientes.
El callejero de Nieva de Cameros se adapta a las características de la ladera en que se enclava. Estructurado alrededor de una calle principal (antigua Calle Real) y de la amplia plaza en la que desemboca, desde ellos parten las calles paralelas que siguen las curvas de nivel, unidas entre sí por callejas y calles estrechas. Recorriéndolas nos encontramos numerosos lugares de interés que darán muestra tanto de la larga historia del lugar como de la belleza de su entorno natural.
En la primera panorámica que se encuentra el visitante, antes de llegar a su entrada, destacan los restos del castillo roquero que corona el promontorio rocoso y que preside todo el municipio. Antigua torre medieval, hoy conserva parte de los muros de su estancia principal que tuvo tres niveles diferentes. Desde este lugar, al que se accede con una dificultad media, se pueden disfrutar unas impresionantes vistas panorámicas. Al comienzo de la subida se enclava uno de los antiguos cementerios del pueblo (el otro se encuentra junto a la iglesia y tras la primicia), muy interesante, donde se enterró durante el siglo XIX y hasta 1924.
Montemediano nos recibe con su iglesia parroquial, antiguamente situada en el centro de sus dos barrios históricos (Arriba y Abajo), de los que solo se conserva el primero, formado por una calle principal a cuyas márgenes se alinean edificios de arquitectura tradicional y una plaza con su chopo centenario.
Paseando por las calles y alrededores de ambos núcleos de población, podemos ir descubriendo numerosas pistas de su dilatada historia.
Si seguimos un orden cronológico, encontraremos importantes restos de la época tardorromana con estelas y altares romanos incrustados en los muros de edificios religiosos y casas particulares tanto en Nieva como en Montemediano. A poco más de dos kilómetros de la aldea y cerca de su ermita de San Julián, hay restos de un antiguo poblado celtibérico, Castejoncillo, donde se han encontrado numerosos restos de la época.
De época medieval, además del citado castillo roquero, podemos ver en Nieva la talla románica de la Virgen de Castejón, en la iglesia parroquial. Datada del siglo XII, fue trasladada desde el antiguo Monasterio de Castejón, cuyos restos todavía se pueden ver en un paraje boscoso situado al oeste del municipio. Vinculado a este cenobio medieval aparece el primer documento escrito conocido en el que se nombra a Nieva de Cameros, en el año 1158. De su callejero medieval, solo se conserva el barrio de Canalija, único que se conservó tras el terrible incendio que sufrió la villa en 1592.
Muestra de diversas épocas y estilos artísticos es su monumento más emblemático, la Iglesia de San Martín (s. XVI). En ella se alojan, como se ha dicho, estelas romanas y la talla románica de la Virgen de Castejón. Destacan, además, su portada gótica alojada en un bonito pórtico orientado al sur, su retablo lateral de estilo plateresco (s. XVI), probablemente procedente del Monasterio de Castejón, y su retablo mayor barroco del siglo XVII. Todo ello alojado en un templo de gran belleza con una nave única de tres tramos, crucero, bóveda tardogótica y una bella sacristía, con coro alto y baptisterio a los pies.
Destacan, asimismo, la ermita Basílica de El Collado, barroca del siglo XVIII, que preside la plaza de Nieva, la iglesia de la Visitación en Montemediano (s.XVI) con bonito retablo del siglo XVI e imágenes de la misma época. Además, al pie de los principales caminos de salida de ambos núcleos, encontramos pequeñas ermitas como las de San Pelayo, San Antón y la Soledad en Nieva, y las de San Julián y Santa María Santos en Montemediano.
Callejeando por Nieva encontraremos varios edificios con portada del siglo XVIII, algunas de ellas con inscripciones y talla en su dovela central. También dos preciosas fuentes en su calle principal, cuyas aguas sobrantes van a parar a un bonito lavadero, y en la plaza, ambas del siglo XIX. Así como varias casas que destacan por su gran tamaño y fueron construidas a principios del siglo XX por las élites locales enriquecidas tras la gran emigración que se produjo desde finales del siglo XIX hacia América y otras regiones de España.
Fruto de esta acumulación de riqueza y la posterior donación al pueblo, es otro de los edificios emblemáticos del pueblo, el antiguo Colegio de San Benito y Santa Francisca, construido por donación de don Luciano Bueno Sáenz y su esposa doña María Martínez de Pinillos en 1924, que fue regentado por los frailes de La Salle hasta mediados del siglo pasado como colegio de niños. A sus pies, se extiende un bonito paseo de la misma época y origen que conduce hasta la ermita de La Soledad a la sombra de sus castaños, tilos y olmos. Otra construcción de la época y financiada de la misma forma por doña Liboria Asensio Romero y don Pedro Martínez Moreno es el actual cementero de la localidad, situado en la trasera de la risca del castillo y con magníficas vistas panorámicas.
FESTIVIDADES
Si Nieva y Montemediano están jalonados de todos estos atractivos artísticos y paisajísticos, no son menos interesantes las festividades y tradiciones que se extienden a lo largo del año.
Las fiestas patronales de Nieva, Santiago y Santa Ana, se celebran el 25 y 26 de julio y las de Montemediano, Santa Isabel, el segundo fin de semana de este mismo mes. En ambas, además de otras muchas actividades, destacan sus danzas y troqueados tradicionales. Si bien en Nieva estas danzas se han conservado ininterrumpidamente durante varios siglos sin conocerse su origen, las de Montemediano se han recuperado en los últimos años tras mucho tiempo interrumpidas.
Hay otras fiestas menores a lo largo del año, aunque con gran arraigo entre sus habitantes: San Julián en Montemediano, el primer domingo de septiembre; San Antón, San Isidro o Santa Lucía en Nieva, etc.
A estas hay que añadir otras de creación más reciente y dinamizadas por las distintas asociaciones del pueblo. La Asociación Benéfico Cultural de Nieva de Cameros y Montemediano organiza varias actividades a lo largo del mes de agosto como la Marcha de las Linternas, el Hamburcine y la Jornada de Puertas Abiertas; además de las Jornadas de Otoño, en el puente de Todos los Santos. Por su parte, la Asociación de Personas Mayores del pueblo desarrolla las Jornadas de Invierno durante el puente de diciembre. También cabe destacar la concurrida prueba de bicicleta de montaña, Nieva Xtreme, el segundo fin de semana de septiembre.